¡Vaya! :
expresión de emoción ante un ritmo sabroso,
o ante mujeres hermosas, sensuales,
caderas cimbreantes,
desafío.
Compuse ¡Vaya! en 1987 para el Concurso Nacional de Composición para Banda
Sinfónica Antonio R. Narváez. Resultó la obra ganadora y probablemente ha sido mi obra sinfónica más interpretada hasta los momentos (lo que no significa mucho, porque lamentablemente lo venezolanos programamos y por tanto apreciamos muy poco obras de autores venezolanos).
¡Vaya! es una obra con influencias populares, de la música afro-caribeña. Trata de
ser bien sabrosa y salsosa, pero con el poder y fuerzas propias de una gran agrupación sinfónica. Cuando la Banda Marcial Caracas estrenó la obra escuché decir a un trompetista, quien llegó como al tercer ensayo debido a que se encontraba de gira con un cantante popular de salsa, “ ¿Qué es esto? Esto no es Salsa, suena africano...” Bueno, me causó gracia y frustración, pues pretendía que fuera “bien salsoso”, pero siempre he dicho que imito tan mal que a veces resulto original.
En la obra se crean ciertas texturas y atmósferas propicias para intervenciones
solistas sueltas, sensuales, gozosas y con cierta dosis de humor. Es una obra muy rítmica y la idea es que provoque en el público ganas de bailar y divertirse, aunque debo confesar que una de mis grandes frustraciones es no saber bailar. Debe tocarse con soltura, dejándose llevar, evitando la tiesura y actitudes formales pedantes, la música la debe llevar el cuerpo y el corazón.
Y ¡Vaya! ¿qué más puedo decir? ¡Váyalo!
Ricardo Teruel
Caracas, Abril de 2002
Caracas, 18 al 27 de mayo de 2012