La Sonata es mi primera obra para piano solo, dedicada a la memoria del Maestro panameño Roque Cordero. La obra está compuesta en dos movimientos; el primero es un nocturno lento, mientras que el segundo está basado en el ritmo panameño atravesao, caracterizado por hemiolas y polirritmos–es además el más rápido de los aires de Panamá.
El primer movimiento, "Contemplativo, Melancólico", es una impresión de una escena nocturna en la campiña panameña: cigarras que, con canto agudo claman por lluvia, y el canto de un campesino salomando. La saloma es una especie de canto sin palabras, con frecuentes saltos de gran amplitud interválica y ornamentación. Es análogo al yodel o al cante jondo. Los frecuentes arpeggiatos nos recuerdan a los artesanales instrumentos cuerdófonos del campesino panameño. La armonía, basada en construcciones simétricas, pinta el paisaje de ansiedad, amargura y melancolía.
El atravesao, marcado "En tiempo de Cumbia" representa la otra faceta del campesino: la del trabajador. Presente está el ritmo de los tambores panameños, sobre las mismas armonías del primer movimiento. El segundo movimiento está construido en forma sonata, con presentación de dos grupos temáticos relacionados pero claramente demarcados en carácter, desarrollo, recapitulación y coda.
Caracas, 18 al 27 de mayo de 2012