Es una colección de cinco poemas alemanes recreados en una música sin palabras.
El cuarteto (que tan pronto son 4 como 3+1 o todas las demás posibles combinaciones) hace sonar en primer lugar el doble soneto que Novalis sitúa como dedicatoria (Zueignung”) de su célebre relato Heinrich von Ofterdingen. Aun sin ser nombrada, la “flor azul”, el objeto absoluto, el símbolo de la pasión y de la queja romántica, domina el poema y la música.
De las muchas sonoridades posibles de esos instrumentos, en Poética predominan las resonancias amplias y las construcciones calmadas. A menudo nos parece oír un órgano de boca oriental, de resonancia diatónica y detenida. Los poemas segundo y tercero acentúan ese estatismo y constituyen dos verdaderas contemplaciones, de tipo más vitalista que místico. Torres reduce la Visión, de Hölderlin, a su esencia: el sonido de la lejanía, que es mitad verdor sereno y mitad duda oscura. En Los amantes Torres se pasma, con Rilke, ante el espectáculo del amor. Aquí el clarinete parece contagiar su sonido de lengüeta a los demás instrumentos, lo que acaba dándole al grupo un aire de acordeón misterioso. La contemplación desaparece con el “Canto nocturno” de Georg Trakl, que suena con gesto abiertos, violentos y desgarrados. Es lo propio de un poema desesperado que canta dolores a sabiendas de que no hay nadie escuchando. La obra culmina con una inteligente lectura de la “Fuga de la muerte” de Celan, un poema más potente aún que sus dos primeras palabras: “schwarze Milch”, leche negra. Poética está dedicada al clarinetista José Luis Estellés quien la grabó junto al Trío Arbós para el Sello Kairos.
Caracas, 18 al 27 de mayo de 2012