La obra recrea las impresiones nocturnas de un joven gaucho que atraviesa el desierto pampeano camino a la peña (fiesta folclórica), cuando un coro de bichos y pájaros desvelados, lo acompañan por la huella blanqueada de luna.
Luego, como nacida de un rebencazo, descubre a la peña folclórica encendida cual fogón en el horizonte, y su música lejana, lo invita al amor de una moza.
Cuando todos se cansan de bailar, nuestro joven gaucho llega, y de un nuevo rebencazo macho, hace renacer el Malambo hasta que las velas no ardan.
Escrita especialmente para banda sinfónica, esta obra tan breve como variada (6’ 40’’), transita un leguaje atonal y politonal, donde el aire de malambo de la segunda parte, se constituye melódico y rítmico.
Caracas, 18 al 27 de mayo de 2012