Con esta enigmática frase, la gerencia de El Palladium en Nueva York apelaba a una clientela mayormente compuesta por emigrantes puertorriqueños. Temprano en los años cincuenta del siglo XX los más destacados artistas y conjuntos dedicados a la música popular caribeña “curaban” la nostalgia de aquellos ciudadanos. Uno de los músicos participantes en aquellos espectáculos me obsequió con un volante que recogía la poética frase con que titulé este Concierto breve para piano y cinco instrumentos. A excepción del piano, el quinteto integrado por flauta, oboe, clarinete, violín y violonchelo es similar al utilizado por Manuel De Falla en su Concerto para clave.
Algo flota sobre El Palladium está dividida en tres movimientos y su construcción interna está coloreada con células adoptadas de cierta música (Me lo dijo Adela y Cangrejo fue a estudiar) que era disfrute de los bailadores de aquel lugar así como también citas de la canción renacentista De los álamos vengo trabajada por De Falla en su Concerto y que también ha servido a Joaquín Rodrigo para sus Cuatro madrigales amatorios y otras de sus obras.
Caracas, 18 al 27 de mayo de 2012