La obra surge del interior, de mi convicción de crear música en los espacios de la abstracción, sin pretextos, textos o significados exteriores; elaborando un discurso propiamente musical.
Es una obra concebida en el espíritu de un Concerto Grosso, que por su naturaleza ofrece alternadamente espacios de lucimiento a diferentes intérpretes, ofreciendo un diálogo tímbrico.
El primer movimiento – Allegramente - se inicia con un juego de proporciones numéricas y aumento de densidades, mientras la parte central juega con el color instrumental y el contrapunto. El segundo – Con vivacitá - propone la alternancia del contrapunto imitativo y la variedad de los patrones rítmicos. En la parte central se establece un diálogo tímbrico-instrumental con cambio de texturas. El movimiento final – Lento-Deciso brillante – establece mi eterno diálogo interno entre la reflexión, el pensamiento y el espíritu lúdico, pues manifiesta la alternancia permanente de estos elementos.
Una cita del inicio cierra el círculo total.
Caracas, 18 al 27 de mayo de 2012